Para muchas personas puede resultar una sorpresa saber que la historia de las políticas ecologistas no ha sido siempre inherente y necesariamente progresista. Su papel en el seno de las ideologías de corte fascista, y más concretamente en el nacionalsocialismo, es una incómoda verdad para la izquierda y el ecologismo político.
Peter Staudenmaier muestra las raíces ambientalistas y antroposóficas en que se sustentaba buena parte del movimiento nazi. Convirtieron incluso la agricultura orgánica, el vegetarianismo y el culto a la naturaleza en elementos clave, no solo de su ideología, sino también de sus políticas gubernamentales. Asimismo, la tarea propagandística de relevantes jerarcas nazis o el vínculo con la naturaleza del movimiento juvenil alemán —modelo para la organización militarista y disciplinaria hitleriana— evidencian que «lo eco» conformaba uno de sus ejes político-ideológicos más importantes.
Como avisa Janet Biehl, esta asociación entre ecología y fines racistas, nacionalistas y fascistas no puede acotarse a una época oscura anterior a la Segunda Guerra Mundial. En el ecologismo contemporáneo existen corrientes de ultraderecha, que incluso han llegado a ocupar lugares de influencia en Los Verdes alemanes. Posiciones como la de Rudolf Bahro, defensor de un «Adolf verde» o de «un poco de ecodictadura» como salida a la crisis ecológica, evidencian que, lejos de ser un residuo histórico, la irrupción política del ecofascismo es un riesgo evidente.
Editorial: Virus
Año: 2019
Páginas: 208