El 15 de mayo de 2011 miles de personas salieron a las calles, de forma sorpresiva y sin una nítida conducción política, para darle forma a una gigantesca ola de protestas. Desde el poder central pensaron que era una ola pasajera y que la espontaneidad del movimiento 15-M acabaría por diluirse.
El 11 de septiembre de 2012, una marea roja y amarilla inundó las calles de Barcelona. En mayo de 2014, los españoles asistieron a otra ola inesperada, esta vez de color violeta. Los cinco eurodiputados que consiguió Podemos fueron una sorpresa para propios y ajenos. La cuarta ola, convertida ya en una gigantesca marea, se produjo en las elecciones municipales y autonómicas de 2015. Ni el PP ni el PSOE pudieron mantener mayoría propia en las ciudades más importantes.
Editorial: Clave Intelectual
Año: 2015
Páginas: 264